“Perdí pero me divertí”
La historia es una bestia despiadada
que aplasta sin piedad lo atravesado
que muerde sin paciencia y sin distingo
a los seres humanos y a la noche.
La historia también es una carreta fúnebre
una pista sutil, un calendario roto
un camino torcido y polifónico
que regresa al jamás y al desafuero.
Es a veces la historia una canción
que termina cantándose a sí misma
y nadie se avergüenza ni se teme.
Tiene a veces la historia la ternura de un niño
que derrota a los monstruos de su imaginación.
Es entonces la vida una carrera
o una gran pasarela de modelos
que espera con paciencia y desespero
la pata de la bestia despiadada.
O es tal vez un hermoso paseo
de bellos paisajes
(siempre de copiloto)
en la carreta eterna de la muerte.
O tal vez es la vida
una triste canción
que se canta no más
para sentirse bien
y se acaba en el tono convincente.
O tal vez es la vida un simple niño
que desbarata todo; y cuando crece
aprende la obediencia negadora
que lo pone a esperar la pisoteada.
Nuestra vida no importa ya qué sea:
pero estamos cansados de la bestia
nos estamos montando por su lomo
y vamos a torcerla de camino.
Es agarrar la bestia y la carreta
justo por los caminos polifónicos
y hacerlas regresar a la victoria.
Nuestra vida es cantar un hasta siempre
con este ritmo sabio del combate
con un coro de voces desafiantes
que enternecen bestia y la encaminan.
Nuestra vida es un asalto a la carreta
es ponerle un volante al copiloto
es llevar en los hombros los paisajes
….Cagarnos en la muerte así nos mate
Es la única forma de estar vivos.
Willey Peñuela
La historia es una bestia despiadada
que aplasta sin piedad lo atravesado
que muerde sin paciencia y sin distingo
a los seres humanos y a la noche.
La historia también es una carreta fúnebre
una pista sutil, un calendario roto
un camino torcido y polifónico
que regresa al jamás y al desafuero.
Es a veces la historia una canción
que termina cantándose a sí misma
y nadie se avergüenza ni se teme.
Tiene a veces la historia la ternura de un niño
que derrota a los monstruos de su imaginación.
Es entonces la vida una carrera
o una gran pasarela de modelos
que espera con paciencia y desespero
la pata de la bestia despiadada.
O es tal vez un hermoso paseo
de bellos paisajes
(siempre de copiloto)
en la carreta eterna de la muerte.
O tal vez es la vida
una triste canción
que se canta no más
para sentirse bien
y se acaba en el tono convincente.
O tal vez es la vida un simple niño
que desbarata todo; y cuando crece
aprende la obediencia negadora
que lo pone a esperar la pisoteada.
Nuestra vida no importa ya qué sea:
pero estamos cansados de la bestia
nos estamos montando por su lomo
y vamos a torcerla de camino.
Es agarrar la bestia y la carreta
justo por los caminos polifónicos
y hacerlas regresar a la victoria.
Nuestra vida es cantar un hasta siempre
con este ritmo sabio del combate
con un coro de voces desafiantes
que enternecen bestia y la encaminan.
Nuestra vida es un asalto a la carreta
es ponerle un volante al copiloto
es llevar en los hombros los paisajes
….Cagarnos en la muerte así nos mate
Es la única forma de estar vivos.
Willey Peñuela
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