Consumada la entrega de Joaquín Pérez Becerra, acude en plenitud del dolor a mi memoria, aquella pieza teatral escrita por Mario Benedetti: PEDRO Y EL CAPITÁN.
El Capitán, cancerbero de turno del imperialismo, a golpes, a fuerza de torturas, de los más horribles tormentos a los que por siglos nos han sometido para saquear nuestras riquezas, mancillar nuestra dignidad y domesticar nuestra rebeldía, trató en vano de quitarle a Pedro, el pueblo consciente, solidario y profundamente humano, las ganas de vida para vivirla, viviendo. Y aunque el Capitán “triunfó”, con el último aliento del revolucionario, sabía que había sido derrotado. Sabía que Pedro dejó en el “más acá”, la sentencia de muerte de un sistema inmoral, criminal e hipócrita, como lo es el capitalismo. Así como cuando Alí Primera descubrió en las mazmorras de la DIGEPOL, durante el gobierno de Raúl Leoni, después del allanamiento de la Universidad Central debido a “medidas de alta política”, las razones que los llevaban a resistir tantas torturas: ¡un profundo amor por la humanidad! Nació entonces, su primera Canción de Conciencia: HUMANIDAD, que nos acompaña de infinitos para resistir tanta alienación perversa.
Crecimos en el Pedro de Mario Benedetti y en la HUMANIDAD de Alí Primera, solo por nombrar algunas obras del arte militante, con la absoluta certeza del amor y de la liberación de los pueblos. En ese mundo, el legalismo burgués no puede entrar: ¡lo aterroriza tanta ternura, tanto desprendimiento, tantas ganas de vida! Porque hay que desempolvar la lengua y no hablar, como el opresor. El opresor que llama terroristas a quienes combaten las fosas comunes que ellos sembraron, entre otras, en La Macarena: ¡gigantesco cementerio anónimo de la sangre del pueblo colombiano! Como en abril de 2002, sus aliados de clase en nuestra Patria, nos asesinaban en Puente Llaguno a cuenta de hordas, chusmas y violentos. Esos que hipnotizados de “triunfo” asaltaban embajadas y en el Palacio de Nariño, celebraban a todo lo ancho el golpe de Estado en contra de la Revolución Bolivariana. Para que no nos borren de un plumazo, la memoria.
Todavía en Benedetti, en Alí, y en quienes luchan por el único mundo posible: un mundo socialista y liberado de la falsedad del capital, hacemos nido.
Muy probablemente a Pedro-Joaquín lo estén torturando, quizá lo suiciden! Pero El Capitán, jamás podrán arrancarle los pájaros perfumados de su pecho, quienes construirán el tiempo de OTRA COLOMBIA PARA VIVIR, VIVIENDO. Razón, tenía Alí: “NO SÓLO DE VIDA, VIVE EL HOMBRE”.
La Chiche Manaure
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