31 de mayo de 2011

Ali Primera “la cuarta raíz"



Alí Primera

LA CUARTA RAÍZ DE LA REVOLUCIÓN BOLIVIARIANA

Algunas reflexiones

Y es que el aporte artístico y creador, estético y ético de Alí, va más allá de la canta y de la cultura popular…Se inserta en los códigos transformadores, en el lenguaje de la resistencia bolivariana, zamorista, robinsoniana, cristiana, indigenista, ecologista, marxista …mucho antes del surgimiento de la V república. Quizás él, con su pregonar y cantar, con su militancia y acción, brindó a los líderes y movimientos que gestaban la rebelión de febrero, los cimientos de la ideología y el lenguaje de la revolución bonita…término que él mismo acuñó…

En estos tiempos de reflexión y de nuevos senderos, es pertinente recordar una de las figuras que seguramente estaría dando aportes significativos para que todos nos reuniéramos en labores, en acciones y en coloquios de dignidad y amplitud, para la construcción de un nuevo paradigma cultural e ideológico en la patria bolivariana. Las reflexiones aquí planteadas son reflejo de ello, traducen instancias de quienes queremos encontrar el modo de decir la vida y el compromiso con un lenguaje que rompa con lo que ya de repetitivo y gastado, se ha convertido en bandera que ondea en manos de los oportunistas y los falsificadores.

Alí Primera propone desde la militancia, un compromiso cantor y humano, poético y político, que se enraíza en enclaves y claves de las memorias venezolana y latinoamericana; plantea desde su acción humana, cantora y militante, beber de las corrientes revolucionarias del planeta, y al mismo tiempo, conjugarlas con los nativos, con nuestros pensadores y nuestros códigos culturales, que desde los pueblos amerindios hasta los creadores de la gesta independentista y consolidación de la patria, han dejado asteriscos de luz, claves para comprender y proponer una Patria Buena…y bella

Jesús Gordo Páez, cantor del movimiento del Canto Necesario impulsado y alimentado por Alí, aseguraba siempre que la estética era la ética del alma, y en ese sentido, la creación y la militancia de la revolución bolivariana debe encontrar la clave para dejar el estancamiento y el cascarón cultural, y así llegar al fondo de lo que necesitamos…Quizás así, los contenidos de lo pregonado en arengas y mítines, cobre sentido real; y la cultura no se convierta solo en el montaje del Sistema Nacional de Orquestas bajo la concepción euro céntrica de Abreu, o en la itinerancia de los cantos gastados y repetidores, secos de poesía y llenos de oportunismo.

Y es que el aporte artístico y creador, estético y ético de Alí, va más allá de la canta y de la cultura popular…Se inserta en los códigos transformadores, en el lenguaje de la resistencia bolivariana, zamorista, robinsoniana, cristiana, marxista, mucho antes del surgimiento de la V república. Quizás él, con su pregonar y cantar, brindó a los líderes y movimientos que gestaban la rebelión de febrero, los cimientos de la ideología y el lenguaje de la revolución bonita…término que él mismo acuñó….

El árbol de las tres raíces fue cantado y pregonado por Alí en su transitar por la Patria y por Latinoamérica…Por eso, su propuesta no encajó sino en la unidad de la Izquierda y de las fuerzas transformadoras, más que en la militancia en un partido o movimiento. Él pudo conjugar junto a su pueblo, a San Benito, al Cerro Galicia, a Zamora, a la Virgencita del Valle, al Lago Coquivacoa, a Ho Chi Min, a Fidel, al Orinoco y al Magdalena, a la Chinita, a Bolívar, a Sucre, al Che, a Sobeyda, a Mamá Pancha, a San Benito, a Pío Alvarado, a los héroes de Cantaura, a los guaraos, a la falconía, a Aquiles Nazoa, a Witman o Martí, al pueblo salvadoreño o al Chile de Allende, Violeta, Neruda, Jara, al llanero, a José Leonardo; a los cultores populares, a la gente de carne y hueso que comprende sin haber aprendido en ninguna escuela, el compromiso de ser bolivariano. Nadie antes que él comprendió esta mixtura y su coherencia….Nadie logró plasmar en el lienzo de su canto y de su andar, que todos ellos, que todas esas geografías, que todas esas instancias de alma, piel, y razón, eran Patria y Humanidad…

Por eso creemos firmemente que él logró cohesionar antes, mucho antes del movimiento bolivariano liderado por el Comandante Chávez, la ideología (léase cultura) que da forma a este proyecto.

De manera diversa, multifacética, comprometida con las cercanías, con el más acá, el canto de Alí Primera viajó por “la autopista” de la autenticidad, navegó por las venas de un sentimiento llamado Venezuela, que llena de olvidos, pero con intuición e inconsciente colectivo activo, leía y lee sus cantos como libros de historia e identidad, como voces que dicen lo que ellos no pueden…porque hasta sin palabras este sistema nos había dejado.

La estrategia de la modernidad y sus ideologías del capital, ha sido fragmentar al hombre para debilitarlo y vencerlo en nombre de la libertad. Recuperar la mirada integradora, del hombre y el verbo en un solo camino, alimentado por su memoria y acción para futuros seguros, llenos de justicia, paz y libertad conjugadas, es la meta del accionar cultural de una revolución…es la urgente necesidad asumir lo ideológico como prioridad, como cultura de transformación, como trabajo permanente para construir el hombre y la mujer nuevos y bellos, que consolidarán la verdadera transformación, la solidaria, la integradora, la que logra reunir los símbolos, la creatividad y el trabajo hacia una humanidad menos egoísta.

Hoy la presencia de Alí es requerida. No sólo porque falta; sino porque la clase política, los artistas, los creadores… no han asumido sus puestos y compromisos para crear las estrategias culturales e ideológicas que requiere un proceso revolucionario; no se juegan la vida, se acomodan…Y si lo hacen, si asumen su labor de crítica y autocrítica, de búsqueda de raíces y desmontaje de alienación, lo sitian y lo vetan.

Alí abrió la senda para la construcción de la conciencia revolucionaria venezolana. Lo hizo con un léxico poderoso que hizo historia y memoria; logró canalizar los sentimientos de un pueblo desconcertado para darle respuesta y salida. Su canto acompañó la gesta del 27 de febrero tres años después de su desaparición física, su palabra cantó el 4 de febrero y el 27 de noviembre, canta cada vez que lo necesita la Patria, cada vez que peligra la decisión popular, y se fusiona como el más eficaz instrumento de comunicación en cada discurso del Comandante… Deben nacer nuevos hombres y mujeres capaces de multiplicar esta premisa en permanente creación a partir de la raíz, la identidad, la memoria y el compromiso. Esa debe ser la tarea cultural de la revolución bolivariana. Para ello es indispensable reconocer que Alí es la cuarta raíz de este árbol que hoy fortalece sus acciones y pasiones en debate de base y tertulia, al margen de las burocracias, pese a los continuadores y restauradores de oficio que sabotean la esperanza inaugurada por un proceso participativo inédito, decidido a alcanzar la liberación definitiva…

Yolanda Delgado

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