26 de junio de 2011

Poesía salvadoreña

Silvia Matus nació en Nejapa, El Salvador el 12 de marzo de 1950. Ella se identifica como escritora y socióloga feminista. En su quehacer poético figura la publicación de su obra en periódicos, revistas y libros de antología poética, además de libros que recogen sus poemas: En la dimensión del Tránsito (El Salvador, 1996), e Insumisa Primavera, Colección “Juntas llegamos a la palabra” (UTEC, El Salvador, 2002).

Además de poetisa, Silvia, es integrante del grupo feminista salvadoreño “Las Mélidas”, organización que apoya a las mujeres en la consecución de una ciudadanía plena, la autonomía del cuerpo y economía justa. En su blog, Silvia Matus, comparte reflexiones sobre las realidades de las mujeres centroamericanas. En el 2000, la COM y el grupo feminista “Las Dignas” le otorgaron el reconocimiento de “Mujeres del Siglo” por su aporte a la poesía.

Presentamos algunos de los poemas más recientes de Silvia Matus, donde aborda temas como el amor, la migración, la injusticia social y la creación artística.

LOS INTENSOS
Los intensos se van pronto.
Casi siempre se les rompe la piel de tanto amor
o duele tanto la vida
que el corazón se detiene:
Oscar Wilde
Frida Kahlo
Billie Holiday
Marilyn Monroe
Janis Joplin
Jimmy Hendrix
Jim Morrison.

O la estupidez de otros se empecina
contra su lucidez desconcertante:
Antonin Artaud
Virginia Woolf
Van Gogh
Alejandra Pizarnik
Valerie Solanas.

O algún censor de alas
mutila su plumaje bellísimo:
Federico García Lorca
Delmira Agustini
Jaime Suarez Quemain
Amada Libertad
Roque Dalton
Virginia Peña
Alfonso Hernández.

O la fatalidad envidiosa siega su frescura divina:
Isadora Duncan
James Dean
Pedro Infante
Elis Regina
Nora Franco.

Al atardecer todos llegan
al “Boulevard de los sueños rotos “
y se toman un café, una cerveza
Y nos miran …
y nos retan…
a nosotros que administramos con cordura el sentimiento
a amar tanto, tanto,
hasta que se nos rompa la piel
un día de estos.

LAGRIMAS
En homenaje a las 72 víctimas de Tamaulipas, México

A la joven enamorada
al campesino de uñas ennegrecidas
al bachiller de sonrisa congelada en la fotografía
a este
y a la otra,
antes sueños
ahora carne perforada,
los acuno en mi pecho.

Fúnebre silencio en la frontera.
¡Impune queda el arma!,
el muro sigue incólume.

Y este invierno doliente
ensancha su cauce con mis lágrimas…
¡DE IRA!

ÉXODO
He huido de sus territorios y
rituales circunsitorios,
me indigna su exactitud
al decretar la muerte,
me río de sus cálculos
bancarios,
de sus miedos a perder
lo siempre mal habido.
De sus máscaras
de papel carcomido por la orina.

Si, ustedes,
banqueros
leguleyos
politiqueros
pastores,
y obispos condenatorios.
El poder me es ajeno…
¡Excepto cuando mi cuerpo estalla en un orgasmo!

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