2 de marzo de 2010
El Muro de los Lamentos del Bar de Francisco…
(De la Serie Historias de Vida y Deshumanización del Centro de Valencia)
Grisel Antonieta López Rodríguez
Le decía a mi terapeuta de medicina tradicional China, que estaba estos días más sensible , porque cada vez que veía al Cerro El Café arder, me daban ganas de llorar. Y llamaba a propios y extraños para ver que podíamos hacer para apagar el fuego que consumía por varios días otra de nuestras Montañas. Y es que pasaba de ser una quema más, la asfixia producida por el humo, llevaba ya cuatro días de vacaciones de carnaval.
Sí, me respondió ella, yo estoy igual. Así me pasa cuando voy al parque de San Diego… me llevo una tinaja del agua que bota el aire acondicionado, y riego por donde voy caminando. Así contribuyo a saciar la sed del pedacito de tierra de mi parque.
Y es que la sensibilidad es parte de cada uno de nosotros, pero eso no resuelve las quemas, ni la historia de ficción y realidad que relataré.
Pasaba cerca del Teatro, que se preparaba para presentar a grupos musicales. Sendos equipos, escenarios, luces, logística y show para unas horas. En celebración del mes de la juventud. Guerreros Juveniles, Dame pa´ Mátala y los habitantes del centro de Valencia se juntaban un rato.
Veía la preparación y los diligentes y aguerridos trabajadores del Teatro en su faena. Pero me quito la atención visual los ademanes que hacía Cesar, en la esquina del Bar de Francisco. Los ademanes, eran producto de una incitación a pelear. Con otros dos personajes también conocidos. Y se sumó el joven dueño del Bar, intentando poner orden o algo así como un “derecho de admisión”. O un “ aquí no acepto más peleas y escándalos de borrachos”.
Detuve el paso, porque Cesar, es un joven talento, que me activó la sensibilidad maternal, ya de ver sus constantes caídas.
Iracundo, fuera de sus cabales, enfrentado a otro ser bajo los efectos del alcohol, le lanzaba objetos. El otro, experto en sus andanzas, no le hace caso.
Termina el incidente con la voz de mando y exigencia de respeto del joven dueño del Bar.
Termina todo allí.
¿Termina todo allí?
Termina todo allí, para los que no se dieron cuenta de la escena, termina todo allí, para los que catalogan al incidente, un incidente más entre borrachos y posibles efectos “estupefactos”. Termina todo allí, para los que murmuraron: , ese es un loquito peleón!. Termina todo allí, para todos los que continuaron preparando el show de tres horas de Pa´Matala, que en absoluto nada tiene que ver con este relato.
Me acerque a Cesar,..Bella Dama…Ellos me atacaron primero. Solo me defendía. Esos que con su doble y falsa moral me atacan, me expulsan de ese lugar. Me defendía, créeme Bella Dama.
Cesar, Cesar,¿ estas consciente de tu estado?.¿ Podrías controlar tu estadio?. Cesar, mírate , Cesar, eres talentoso, joven, guapo. ¿Cuánto tiempo puedes mantenerte sobrio? Cesar, Hay un libro, tuyo a punto de salir editado, …Cambió su mirada, se alegro.
Bella Dama, yo soy y lo admito un Bisexual, que se embriaga, sí. No tengo doble moral como otros, que se rasgan las vestiduras, y me miran de reojo. Y no tengo familia, soy un ser solitario. Ya no puedo, ni quiero hacer nada por mí... Cesar,¿ Cesar, estas conscientes hacia donde vas? Ya no me importa.
Cesar diría en su inconsciencia ¿Qué pregunta tan entupida me haces Bella Dama? ¿No te das cuenta que estoy muriendo de soledad?.
Y es que luego me hice la pregunta, ¿que hice con solo conmoverme ante el indefenso ser solitario? Que estupidez la mía , filosofar con la inconciencia que causa el alcohol.
¿Sirve de algo, la sola sensibilidad maternal, ante este joven poeta, que ha decidido su camino?.
Y es que cada quien esta montando su escenario particular pa´ ver como hace pa´ mátala: la soledad, la tristeza, el hambre, el desempleo, la deshumanización de los transeúntes, de los artistas que han compartido, han alabado y se han reído de Cesar.
Otros han decidido mejores opciones de vida.
¿Es acaso este, Otro relato, el de un posible integrante del Muro de los Lamentos del Bar de Francisco? Me hace acordar de Cristóbal, que también transitó por este Bar, y hoy engalana este Muro.
Y es que el Bar de Francisco también tiene su Historia de Vida…como las tienen las casas y calles derruidas, solitarias del Centro.
¿Bella Dama, acaso con tu sola sensibilidad impedirás que el Cerro siga consumiéndose en llamas, o que Cesar no termine su Libro?
Dalila Estraño Guerrero, déjame al menos escribir, para que otros , quizás lean el relato.
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