21 de febrero de 2011

El color de la justicia en Estados Unidos.


Por María Josefina Arce.

El luchador por los derechos civiles Martin Luther King imaginó una vez una sociedad donde sus hijos NO fueran juzgados por el color de su piel, sino por sus valores y principios.

Su famoso discurso “I have a dream”, Yo tengo un sueño, sigue teniendo una vigencia estremecedora en Estados Unidos, donde lamentablemente la discriminación racial es un problema social profundamente arraigado.

Para muchos la justicia tiene color en esa nación y sobran los ejemplos donde predomina al dictar sentencia la tonalidad de la piel o la procedencia étnica del acusado, porque ser negro, latino o aborigen es un problema en la sociedad norteamericana.

Es una realidad que los afronorteamericanos tienen más posibilidades que los blancos de ser declarados culpables y de recibir condenas de mayor duración. Del mismo modo, los negros tienen siete veces más posibilidades de ser encarcelados que los blancos.

De acuerdo con diversas investigaciones, los estereotipos raciales pueden afectar las deliberaciones del jurado, y el hecho de que el jurado esté compuesto por personas de distintas razas puede influir en el resultado del proceso.

Conocido es el caso del boxeador de los pesos medianos Rubin Carter, acusado injustamente de un triple homicidio, pues inspiró la canción Hurricane al cantante Bob Dylan y años después toda su batalla legal por probar su inocencia fue llevada al cine. Diecinueve años pasó en prisión el púgil hasta que en 1988 salió en libertad tras comprobarse las irregularidades del proceso, con evidentes tintes racistas.

Pero un verdadero escándalo es el caso de Mumia Abu Jamal, quien ha permanecido en prisión por más de 25 años acusado del supuesto asesinato de un policía en 1982.

Aunque una Corte de Apelaciones Federal anuló en 2008 la condena a pena de muerte, confirmó la supuesta culpabilidad de Abu Jamal, a pesar de numerosas evidencias contra la actuación de los fiscales, del juez y los miembros del jurado.

La decisión continúa teniendo un corte racista contra este luchador de los derechos de los negros en Estados Unidos que lleva más de 25 años en el corredor de la muerte.

Otro caso que pone en entredicho a la justicia norteamericana es el del preso político indígena Leonard Peltier (en foto), quien ha pasado 33 años en prisión, falsamente incriminado de matar a dos agentes del FBI, Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos, en la reserva india de Pine Ridge, en los territorios sagrados sioux de Dakota del Sur, donde meses antes se había encontrado uranio y carbón.

Una realidad es que en los últimos tiempos se han puesto en marcha en distintos estados norteamericanos leyes que criminalizan a los inmigrantes, parte fundamental de la sociedad norteamericana.

Asimismo, tras los atentados de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York y otros objetivos en territorio estadounidense, se fomentó el odio y las acciones violentas contra los musulmanes.

Nada, que en Estados Unidos la discriminación racial es un mal crónico que está presente en las diversas esferas de la vida y que es increíblemente escandaloso en el sistema judicial.

En pleno siglo 21 NO se ha podido cumplir aún el sueño del reverendo afronorteamericano Martin Luther King y como el conocido cantante y compositor Jhon Lennon, por el momento solo podemos imaginarnos a todas las personas viviendo en paz y compartiendo el mundo.

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