12 de marzo de 2011

Sangre

Sangre nuestra que mancha la tierra,
limpia nuestros pecados impuestos,
la idiosincrasia televisiva
y la sabiduría petrolera.

Enséñanos a odiar y amar sabiamente
en la cordura de lo ilógico.
No nos dejes robar la creatividad,
ni la risa,
ni los sueños.

Recuérdanos el pasado
sin exagerar el presente
ni mancillar el futuro
y a olvidar las promesas
de colores y letras muertas.
No nos dejes cegar por el brillo de lo fácil
ni caer en la tentación de la formalidad.
Y llévanos para siempre sangrados,
manchados de grito y canto
Por los siglos, de los siglos
Amén.

Andrea Betancourt

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